El diagnóstico de Diabetes generalmente se realiza a través de una historia característica respaldada por niveles elevados de glucosa sérica (glucosa en ayunas superior a 126 mg/dl, glucosa aleatoria superior a 200 mg/dl o hemoglobina glucosilada superior a 6,5%) con o sin anticuerpos contra el ácido glutámico descarboxilasa (GAD) e insulina.
Glucosa sérica: estudio de glucosa en suero.
Glucosa aleatoria: prueba aleatoria (también llamada causal) de glucosa plasmática.
Esta prueba es un análisis de sangre que se hace en cualquier momento del día.
La diabetes se diagnostica cuando el nivel de glucosa es superior a 200mg/dl en una prueba de glucosa plasmática aleatoria.
Los niveles de glucosa en ayunas y las pruebas de hemoglobina glucosilada son útiles para la identificación temprana de diabetes tipo 2. Si está en el límite, una prueba de tolerancia a la glucosa es una opción para evaluar tanto los niveles de glucosa en ayunas como la respuesta sérica a una prueba de tolerancia a la glucosa oral. La prediabetes, que a menudo precede a la Diabetes tipo 2, se presenta con un nivel de glucosa en sangre en ayunas de 100 a 125 mg/dl o un nivel de glucosa de 140 a 200mg/dl 2 horas después de la prueba de tolerancia a la glucosa oral.
Prediabetes: antes de que las personas desarrollen diabetes tipo 2, casi siempre tienen prediabetes, es decir, niveles de glucosa (azúcar) en sangre más altos de lo normal pero que aun no son los suficientemente altos para ser diagnosticados como diabetes.
Los médicos a veces se refieren a la prediabetes como intolerancia a la glucosa.
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA), un diagnóstico de diabetes es a través de cualquiera de los siguientes: Un nivel de hemoglobina glucosilada de 6.5% o más; Un nivel de glucosa en plasma en ayunas de 126 mg/dl (7,0 mmol/L) o superior (sin ingesta calórica durante al menos 8 horas); Un nivel de glucosa en plasma de dos horas de 11,1 mmol/L o 200 mg/dl o superior durante una prueba oral de tolerancia a la glucosa de 75 g; Una glucosa plasmática aleatoria de 11,1 mmol/L o 200 mg/dl o superior en un paciente con síntomas de hiperglucemia (poliuria, polidipsia, polifagia, pérdida de peso) o crisis hiperglucémica. La ADA recomienda evaluar a los adultos de 45 años o más, independientemente del riesgo, mientras que el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos sugiere evaluar a las personas de entre 40 y 70 años que tienen sobrepeso.
Poliuria: mayor necesidad de orinar a consecuencia de la alta concentración de glucosa en la sangre que las células no pueden asimilar, los riñones tratan de evacuar el exceso a través de la orina, por lo que aumenta tanto la frecuencia con la que se necesita acudir al baño como la cantidad de líquido que se produce.
Polidipsia: más sed de la habitual; la elevada producción de orina puede conllevar a la deshidratación del cuerpo, por lo que este reacciona con una sensación de sed constante para cubrir la necesidad de una mayor ingesta de líquidos.
Polifagia: hambre incluso habiendo comido; la falta de insulina impide que la glucosa entre a las células, por lo que por mucho que se coma, las células y en particular las neuronas, siguen necesitando una fuente de energía, por lo que no desaparece la sensación de hambre.
Pérdida de peso: la incapacidad de utilizar la glucosa como fuente de energía hace que las personas con diabetes tengan que recurrir al consumo de las reservas de grasa y reducir la masa muscular, a pesar del aumento de la ingesta de alimentos, lo que se traduce en una pérdida de peso.
Para evaluar la diabetes gestacional, todas las pacientes embarazadas se someten a un examen de detección entre las semanas 24 y 28 de gestación con una prueba de tolerancia oral de glucosa en ayunas de 1 hora. Si los niveles de glucosa en sangre superan los 140 mg/dl, los pacientes se someten a una prueba de tolerancia oral de glucosa en ayunas de 3 horas para confirmar el diagnóstico. Una prueba de tolerancia oral a la glucosa de 3 horas positiva es cuando hay al menos un valor anormal (mayor o igual a 180, 155 y 140 mg/dl para la concentración de glucosa en plasma en ayunas de una hora, dos horas y 3 horas, respectivamente).
Diabetes gestacional: se da cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina durante el embarazo.
Prueba de tolerancia oral a la glucosa: Es una prueba de 2 horas que analiza tus niveles de glucosa (azúcar) en sangre antes y 2 horas después de tomar una bebida dulce especial. Esta prueba le indica al médico la manera en que tu cuerpo procesa el azúcar.
Varias pruebas de laboratorio son útiles en el manejo de la diabetes mellitus crónica. Las pruebas de glucosa en el hogar pueden mostrar tendencias de hiperglucemia e hipoglucemia. La prueba de hemoglobina glucosilada (HbA1c) indica el promedio de glucemia durante tres meses (la vida útil de los glóbulos rojos). Las pruebas de albúmina en orina pueden identificar las primeras etapas de la nefropatía diabética. Dado que los pacientes con diabetes también son propensos a las enfermedades cardiovasculares, se recomienda la monitorización de los lípidos séricos en el momento del diagnóstico. De manera similar, algunos recomiendan monitorear el estado de la tiroides mediante la obtención de un nivel de hormona estimulante de la tiroides en la sangre anualmente debido a una mayor incidencia de hipotiroidismo.
La fisiología y el tratamiento de la diabetes son complejos y requieren una multitud de intervenciones para un manejo exitoso de la enfermedad. La educación en diabetes y la participación del paciente son fundamentales en el manejo. Los pacientes obtienen mejores resultados si pueden controlar su dieta (carbohidratos y restricción calórica general), hacer ejercicio con regularidad (más de 150 minutos a la semana) y controlar la glucosa de forma independiente. A menudo es necesario un tratamiento de por vida para prevenir complicaciones no deseadas. Idealmente, los niveles de glucosa deben mantenerse entre 90 y 130 mg/dl y la hemoglobina glucosilada por debajo del 7 %. Si bien el control de la glucosa es fundamental, un manejo excesivamente agresivo puede provocar hipoglucemia, que puede tener resultados adversos o fatales.
Las investigaciones muestran que puedes reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en un 58% si:
- Pierdes el 7% de tu peso corporal o (7kg si pesas 100kg).
- Haces ejercicio moderadamente (como caminar a paso ligero) 30 minutos al día, cinco días a la semana.
- No te preocupes si no logras alcanzar tu peso corporal ideal. Perder incluso de 5kg a 7kg puede marcar una gran diferencia.